HomeElecciónesLETRAS: De Gabo a Mario: la amistad que terminó en puñetazos

LETRAS: De Gabo a Mario: la amistad que terminó en puñetazos

Lo que hubiera entre ellos, sus amigos, sus posiciones políticas, sus mujeres, es cosa suya, escriben los autores del libro.

La obra estudia el boom latinoamericano

 

■   Dos catedráticos de la Universidad de Granada escribieron un libro que explora las relaciones personales entre los premios Nobel.

De Gabo a Mario examina la amistad que unió a dos grandes autores latinoamericanos y la famosa riña que terminó a puños para narrar la historia de uno de los períodos más fértiles de la literatura hispanoamericana. Escrito por Ángel Esteban y Ana Gallegos, dos catedráticos de la Universidad de Granada, el libro se enfoca en las relaciones personales entre los más famosos representantes del boom, Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa, para destacar así el carácter humano de los escritores por medio de sus aventuras, celos, celebraciones y posiciones políticas.

Lo singular de este libro es que, aunque está basado en una investigación sólida y en el considerable bagaje crítico de sus autores, no está concebido para especialistas sino para aficionados. El estilo es diverso en cuanto a registro: se desplaza entre lo académico y lo coloquial. Esa gama de narraciones hace que la lectura sea fácil y divertida, además de que brinda un gran sentido del período histórico. En la obra se intercalan no sólo fragmentos de cartas, ensayos y entrevistas, sino también letras de canciones populares y películas de la época.

Publicado originalmente en 2009 en España, la reciente edición de Vintage Español cuenta con un epílogo nuevo ingeniosamente titulado “Final Nobelesco”. De acuerdo con los autores, el llamado boom surgió más de una serie de coincidencias que de una decisión intencional. “El boom ­escriben­no fue un grupo que conscientemente trataba de abrirse paso entre las bambalinas del éxito comercial. Lo que hubo fue una serie de coincidencias que, unidas a la gran calidad literaria de sus protagonistas, provocaron el terremoto más impetuoso de todas las épocas en las letras hispánicas”.

Sus orígenes se remontan a 1967, año en que se publica Cien años de soledad de García Márquez y le otorgan a La casa verde de Vargas Llosa el prestigioso Premio Rómulo Gallegos. Los académicos describen esa coincidencia histórica como la punta del iceberg que llamó la atención a toda la actividad literaria que había debajo. A cada uno de los integrantes del boom, los autores le asignan un rol particular en el movimiento, como si se tratara de una organización estudiantil: bajo el mando del poeta (García Márquez) y el arquitecto (Vargas Llosa) aparecen el mago (Julio Cortázar), el publicista (Carlos Fuentes) y el cronista (José Donoso).

Son estrategias narrativas como éstas las que hacen que un tema potencialmente tedioso para el lector no académico tome una frescura elogiable.

Lo genial de la narración es haberse propuesto contar la historia de un movimiento literario mediante la amistad entre dos personalidades tan abarcadoras como la de estos dos premios Nobel latinoamericanos.

Amigos íntimos desde 1967, los dos novelistas se fueron distanciando ideológicamente, brecha que ha sido explotada por los medios, sobre todo, en cuanto a su posición ante la Revolución Cubana. Sin embargo, los autores aseguran que no fueron tanto las diferencias políticas o ideológicas las que los separaría definitivamente en febrero de 1976, cuando Vargas Llosa le propinó públicamente a García Márquez un certero puñetazo en la cara que lo dejó sangrando en el suelo.

Al episodio le siguió un silencio de tres décadas hasta que Rodrigo Moya, fotógrafo y amigo del Gabo, publicó un artículo y fotos del incidente el mismo día en que el escritor colombiano cumplía 80 años de edad. “Lo personal fue el arranque de la ruptura”, asegura el libro con base en numerosas entrevistas a lo largo de las décadas en las que ambos narradores se negaron férreamente a ofrecer detalles.

Los autores respetaron ese pacto de grandes y se negaron a indagar en el asunto. “Lo que hubiera entre ellos, sus amigos, sus posiciones políticas, sus mujeres, es cosa suya”, escriben. “Nadie tiene derecho a violar ese recinto sagrado”, concluyen.


DENVER | EFE
Política | Opinión
EL NACIONAL