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ELIZABETH ARAUJO: Aguilarte vs Afiuni

Chávez ­como Mubarak­ cree que podrá seguir gobernando eternamente...

En Venezuela, la dama de la
justicia lleva carnet del PSUV

 

Está visto que en Venezuela nadie protege a los ciudadanos de la acción torcida de la administración de justicia. El dato no es, desde luego, una sorpresa para los comisarios Vivas, Simonovis y Forero, además de los seis agentes de la PM, también involucrados en el caso de abril de 2002, por nombrar algunos del centenar de presos políticos, cuyos procesos judiciales avergüenzan a los profesores de Derecho de las universidades.

Abrumados por la lógica obtusa del “pensamiento único”, que guía el carruaje de la revolución bolivariana, los tribunales y sus jueces proceden del modo como se pauta en Miraflores, y la prueba viva de esta irregular conducta es la jueza María Lourdes Afiuni, sentenciada por el magistrado Hugo Chávez, en cadena nacional de radio y televisión, a la pena máxima, al ser acusada de un delito bastante surrealista: corrupción genérica sin pruebas.

El punto es que la virulencia con la cual Chávez argumentó, acusó, juzgó y sentenció a María Lourdes Afiuni no se corresponde con el trato amable y paternal que ese mismo juez ha expresado del capitán Jesús Aguilarte Gámez, de cuyo paradero nadie en Apure conoce, aunque es ya un hecho que renunció a la gobernación “por razones de salud” y sustituido ipso facto por otro funcionario que alguna vez ­¡qué casualidad!­ renunció a la Vicepresidencia también por razones de salud. Obviamente que Aguilarte perdió su derecho al paraíso socialista y es de suponer que en adelante caerá sobre su persona “todo el peso de la ley”. El hecho mismo de que un tal Russián haya salido de su despacho de contralor para prometer una investigación a fondo es ya razón suficiente para suponer el destino del “mejor gobernador que Apure ha tenido en un siglo”, según la alabanza escuchada en un Aló Presidente un domingo de 2008. Es verdad que el capitán no las tiene todas consigo.

Mientras contraía el 23 de diciembre pasado sus segundas nupcias en una iglesia adventista en Maracay con una ex concursante del Miss Venezuela, los trabajadores de la Gobernación de Apure quemaban cauchos en San Fernando, en protesta porque no se les había cancelado ni la quincena ni los aguinaldos, condenándolos a pasar las peores navidades de sus vidas. Como era de esperarse, Aguilarte tuvo sus defensores, y desde Caracas el PSUV acusó a los manifestantes de “agentes de la oposición” y las denuncias de manejos irregulares contra el gobernador fueron al barril sin fondo del olvido.

Pero hace dos semanas el Presidente le dijo que le tenía “mucho cariño”, pero que si no podía estar al frente de sus responsabilidades, “es mejor que renuncie”. ¿La misma consideración que se tuvo con la jueza María Lourdes Afiuni, sometida a todo tipo de vejámenes y mancillada en su honor por una acusación que no se ha materializado en pruebas? Todo es posible en el país que Hugo Chávez ­como Mubarak­ cree que podrá seguir gobernando eternamente. Tal vez Aguilarte salga mejor parado que Afiuni y su caso no pase de un malentendido. Quizás el capitán termine en la celda invisible donde dicen que permanece Arné Chacón. Pero una cosa es indudable, los casos Aguilarte y Afiuni tienen algo en común: en Venezuela, la dama de la justicia lleva carnet del PSUV.


Por: ELIZABETH ARAUJO

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