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Laureano Márquez: La oferta

“lleve dos y pague uno”

 

Por más que trabajo con Luis Vicente León y que he dado conferencias sobre perspectivas financieras del país con José Manuel Puente, oigo en la radio a Orlando Ochoa, veo siempre en televisión a José Guerra y a Oscar García, le pregunto, cuando puedo, a Pedro Palma y me leo las columnas de Emeterio Gómez, el tema económico me es esquivo. No alcanzo a comprender nada.

Por ejemplo: salió publicada en la página de Pdvsa una emisión de bonos internacionales por 3.000 millones de dólares que se pueden comprar al cambio oficial de 4,30. “La oferta”, que así se llama, está destinada a empresas del sector productivo nacional, personas naturales y a entidades financieras aceptadas para tal fin por la empresa petrolera.

Lo primero que llama la atención es que la emisión de bonos lleve por nombre “la oferta”, expresión absolutamente capitalista, usada, entre otras cosas, para aludir a los productos que se venden por debajo del precio. Yo no sé si al dueño de la empresa le vaya a gustar que se use un término tan asociado a la especulación de las empresas burguesas, que aun haciendo magníficos descuentos, siguen obteniendo ganancias. Pero dejando de lado esta insignificancia, desde el puro desconocimiento económico cabe la siguiente pregunta: ¿a qué empresas del sector productivo se destinan los bonos? Porque, conforme al mensaje que continuamente se nos da en cadena, como el capitalismo debe terminarse por aquello de las ganancias, las únicas empresas del sector productivo que valen la pena son las que están en manos del Estado o han sido expropiadas por este. Pero si esas empresas compran los bonos es como si el gobierno se sacara la plata de un bolsillo y se la guardara en el otro.

Por otro lado, las empresas estatales no necesitan dólares preferenciales, porque tienen acceso a ellos. Lo mismo vale para la banca del Estado. Entonces puede concluirse que esos bonos son para empresas capitalistas o banca privada. Esto presenta un inconveniente, dejando de lado el ideológico, de que un gobierno socialista le dé dinero en oferta de “lleve dos y pague uno” a gente que gana real y que son el enemigo a vencer, cual es: ¿Qué van a hacer con esos reales unos empresarios que pueden ser expropiados en cualquier momento? Pues mejor no producir nada e inventárselas para agarrarse esos dólares que se compran a 4,30 y se venden en el mercado _____ a _, __.

Del mismo modo: ¿Qué personas naturales pueden comprar esos bonos? ¿Los damnificados? ¿La gente de los barrios? No, el que tiene dinero, que es naturalmente escuálido, si aceptamos que ser rico es malo. Esto quiere decir entonces que estos bonos van a subsidiar a los que más tienen, a los fascistas, para que, sin dar golpe (nunca tan bien dicho), se ganen la bola de billete de la diferencia entre el cambio oficial y el _____.

Yo sé que mis amigos opositores pueden molestarse por estos comentarios tan en nuestra propia contra y me preguntarán, emulando a Don Juan Carlos: ¿…Por qué no te callas? Pero lo digo sólo porque llama mucho la atención ver a un gobierno que se empeña en hacer millonarios a sus enemigos.

Con razón escuché una vez a algún opositor, de esos recalcitrantes, decir: “Mi corazón es escuálido, pero mi bolsillo estebanista”.

En todo caso, lo más seguro es que, como lo dije al comienzo, yo no haya entendido nada del sentido revolucionario y patriota que esta venta de bonos tiene para la patria buena y bonita. Así que disculpen la pérdida de tiempo.

De todas maneras, por si no me pelé: buen provecho…


Por: Laureano Márquez
@laureanomar

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