HomeÚltimas NoticiasFREDDY LEPAGE: Oír crecer la hierba

FREDDY LEPAGE: Oír crecer la hierba

“Aquí y ahora…”

 

Era Marx el que decía que “el revolucionario debe que ser capaz de oír crecer la hierba”, para ilustrar la importancia de estar en sintonía con lo que quiere la gente, de percibir las señales que marcan la tendencia de un momento histórico determinado. Intuir, de alguna manera, las motivaciones libertarias que bullen en lo más interno de los seres humanos integrantes de un colectivo nacional. Pero, claro está, la historia no es unidimensional.

Son muchos y distintos los factores condicionantes que inciden en los procesos políticos y en los movimientos sociales soterrados, ante determinadas circunstancias de la vida de una nación. O sea, en los meandros invisibles del quehacer diario.

En ese sentido, traigo el tema en relación con lo que está ocurriendo en el mundo árabe.

Un pequeño país de esa región (Túnez) ha marcado la pauta, para que otros sigan el mismo sendero. Son particularmente llamativos los sucesos (con sus peculiaridades, por supuesto) en Egipto, Yemen, Jordania y otros Estados de la región. La presión popular se ha hecho presente a los efectos de reclamar libertades ciudadanas conculcadas durante muchos años. En algunos de ellos, ni siquiera se conoce la concepción de democracia liberal de Occidente. Sin embargo, me atrevo a aseverar que el factor desencadenante ha sido la globalización impulsada por la revolución informática y tecnológica. Hoy en día los jóvenes del mundo comparten ideas, valores y tendencias culturales y sociales que, de cierta forma, les son comunes. De allí que China, Cuba, Irán y Egipto (con motivo de la revuelta popular) mantengan un férreo control (censura) sobre todo lo relacionado con las telecomunicaciones e Internet.

No obstante, hay un agregado relativamente nuevo, que surge con fuerza: las llamadas redes sociales. Principalmente Twitter y Facebook y, en otro ámbito ­íntimamente relacionado­, los mensajes SMS de los teléfonos celulares, convertidos, literalmente, en elementos subversivos y en reales dolores de cabeza para los gobiernos autoritarios y despóticos del planeta. Con ello no pretendo decir que todo lo que sucede es gracias a estos poderosos medios de comunicación interpersonal. Pero sí han coadyuvado de manera importante en la difusión de los anhelos de emancipación, que se propagan como la verdolaga. Claro está que si no existieran las condiciones objetivas (Lenin, dixit) causantes de estas situaciones, de nada valdrían las mencionadas herramientas. Vistas las cosas así, los aparatos tecnológicos sirven, también, de poderosos catalizadores para la convocatoria de legítimas protestas ciudadanas.

Las gestas democratizadoras han nacido de las entrañas de la sociedad. Ejemplos sobran.

He señalado en varias oportunidades lo ocurrido con el Muro de Berlín, que estalló en pedazos, sin obedecer a planes ni previsiones de ningún género.

Evidentemente, los sorprendidos jerarcas del régimen comunista de Berlín Oriental no siguieron el consejo del viejo Marx adaptándolo a las nuevas realidades. La liquidación del poder imperial soviético, impulsada por la perestroika y la glasnost de Gorbachov, también sería un ejemplo válido. Aunque, posteriormente, resultara víctima de las reformas que impulsó. Como corolario, los gobernantes, deben pegar el oído a la madre tierra para intentar saber lo que ocurre bajo la superficie y, así, evitar sobresaltos y sorpresas desagradables…


Por: FREDDY LEPAGE
freddylepage@cantv.net
@freddyjlepage
Política | Opinión
EL NACIONAL