La dos veces Primera Dama será inhumada hoy
a las 11 am en el Cementerio del Este
Asdrúbal Aguiar, quien se desempeñó como ministro de Relaciones Interiores durante el segundo Gobierno de Rafael Caldera (1994-99), aseguró que “Alicia Pietri de Caldera o Alicia Mía, como la llamaban en la intimidad sus hijos y nietos, nunca fue el mero complemento del hombre de Estado, que es hasta su muerte Rafael Caldera. Pude descubrirla como algo más esencial. Fue el tronco o la columna de los Caldera y de su mismo esposo, quien la amó profundamente hasta el final de su vida sembrando un ejemplo”.
Doña Alicia falleció por causas naturales el miércoles, a los 87 años de edad. Ayer fue velada en la capilla de Santa María Eufrasia (El Buen Pastor) y hoy a las 10 am está prevista una misa de cuerpo presente, oficiada por el Cardenal Jorge Urosa, en la capilla del Cementerio del Este, en La Guairita, donde será inhumada.
Aguiar, quien también fue ministro de la Secretaría de la Presidencia y gobernador de Caracas, dijo que la que fue dos veces primera dama del país, estuvo convencida de que “la tarea nacional comienza por la casa”. “Ella amó profundamente y con devoción” a toda Venezuela. “Sembró el país de programas vacacionales para los niños de menores recursos y de parques de bolsillo a toda nuestra geografía (…) Nos queda el dolor y la sensación de soledad por su partida, pero se fue dejando tras de sí su ejemplo de discreción, de gentileza, de civilidad y de hacer bien sin estridencias que alguna vez habremos de recuperar los venezolanos”.
Mientras, Fernando Egaña, quien fue el ministro más joven del segundo Gobierno de Caldera, la describió como “una dama valiosa, abnegada y distinguida”. “Dedicó gran parte de su vida a desarrollar una gran obra de servicio público tanto desde la Fundación del Niño como en su condición de fundadora y presidenta del Museo de los Niños (…) Se entregó a su hogar, a su familia y a trabajar por los jóvenes y los niños sin pedir nada a cambio. Una labor verdaderamente desinteresada fruto del amor y el cumplimiento del deber social. Fue símbolo de sobriedad, educación y empeño por las cosas bien hechas”.
Ciudad | Duelo
EL UNIVERSAL
viernes 11 de febrero de 2011
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