Los ejemplos de “procederes”
que dan risa de su conducta
Doce años mandando en Venezuela cumplió el presidente Chávez, el pasado 2 de febrero. En la medida que pasa el tiempo la objetividad y frialdad del análisis nos permite evaluar su obra y también su conducta en correspondencia con aquello que habla del hombre y su circunstancia, como dos elementos indiscutiblemente asociados y pegados con un cemento indisoluble.
Me atrevo a calificar su experiencia de gobierno como un fracaso. Aún le faltan dos años de mando y uno no halla como hacer para que dicho tiempo se esfumara y saliéramos de esta especie de pesadilla que nos arroja al precipicio.
No creo que en el pasado -salvando las distancias- hallamos tenido un gobierno tan inepto y lo mas grave aún: yo diría que destructor de la economía e infraestructuras y cargado de una especie de odio, que lo lleva a dividir a los venezolanos en cuanto terreno exista y lo cual nos hunde en una tragedia cómica de nuestra vida cotidiana, con múltiples ejemplos de “procederes” que dan risa de su conducta y ganas de llorar también…
El gran problema del déficit de viviendas demuestra su fracaso en grandes proporciones. No hay plan que lo saque del foso. Ni las casas chinas, ni las uruguayas, ni las petrocasa, ni las compras de cementeras ni nada que se le ocurra en un sueño de media tarde, lo sacan de la pobreza de construcción de techo para el venezolano. Y más bien, observamos una patética rancherización alrededor de los centros urbanos bordeando carreteras y autopistas otrora verdes y despejadas.
Con todo y que somos un país petrolero, nuestras carreteras y autopistas parecen un paseo por la luna y el ofrecimiento de asfalto no llega nunca, pero si lo embarca para otras latitudes en una incomprensible actitud de derroche y pésima administración de las prioridades. En esta área su homólogo, el dictador Marcos Pérez Jiménez le daría clases de obras con resultados importantes.
Quijotes verdaderos fueron el mismo Bolívar que con su inmenso trabajo en dos décadas murió siendo El Libertador de medio continente ante la Corona española, después de vivir miles de vicisitudes y desgracias. También el General Francisco de Miranda fue reconocido por el mismo Napoleón Bonaparte como el Quijote de la libertad, dada la participación incuestionable y grandiosa por medio mundo que tuvo Miranda luchando por la libertad en los conflictos de su época y relacionándose para conseguir apoyo en su objetivo de liberar a su país del yugo español.
Pero el presidente Chávez es todo lo contrario: Es un anti-Quijote. Su trabajo va dirigido a desmembrar el país. La economía que ha construido es una de las peores del mundo. La cabeza de Giordani no termina de rodar y el bolívar se cae en el ámbito de ruina, entre una corrupción que devora todo como una especie de maldición china. Sus cuadros dirigentes son una especie de gente que “no pegan una” y no saben administrar, planificar y hacer gestiones y empresas productivas en provecho de todos.
LUIS ALFREDO RAPOZO
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@luisrapozo
