A Jhonattan Vegas,
orgullo de Venezuela
Una de dos: Yo estoy loco de perinola y ya estoy “escuchando visiones” o “Canuto está mal” por la cercanía de su vencimiento (o como ciertos productos, se echó a perder antes de la fecha de caducidad), lo que le hace incurrir en contradicciones que hasta sus propios copartidarios, en ejercicio de sana reflexión, tendrían que reconocer.
Lo de Jhonattan Vegas, en otras circunstancias no pasaría de ser un aprovechamiento oportunista de los logros de un deportista para beneficio propio, bastante usual en los políticos. Sin embargo, en nuestro caso tiene mucho que ver con el espíritu demagógico, con la manera de proceder cambiando a conveniencia el pasado, que ha caracterizado esta etapa de nuestra historia.
Si yo no estoy mal de la cabeza, tengo doce años escuchando un discurso en contra del golf y en contra de los campos en los que el mismo se practica (advierto que no he jugado golf en mi vida, para ahorrar a los “de tractores” en contra de los argumentos esta vía de descalificación): Que si es un deporte de gente rica, que sus campos deben ser eliminados, como deben ser eliminadas todas las piscinas de Petare, menos la de La Casona, naturalmente, de la cual nunca se habla.
Que en los terrenos de golf podrían construirse casas para los que no la tienen, haciéndonos creer que el problema de la construcción de viviendas es de espacio y no de incapacidad estructural para gobernar.
En fin, todo eso lo escucharon estos oídos que algún día se esparramarán por el paso de las Termópilas.
De modo que frente a lo de Jhonattan Vegas yo esperaba, conociendo al personaje, un discurso más o menos así: “…Bueno, ahí tienen a Jhonattan Vegas, ja… un hombre humilde, jugando un deporte de gente rica… ¿Ves, compadre?… Ahí está el problema de la conciencia social… ahí está el problema… muchos revolucionarios lo que quieren es ser ricos, ser como ellos, compadre… ¡¿Ah comadre?!… ¿ese muchacho que cargas ahí es tuyo?… ¿Cuántos tienes?… ¿cinco?… tienes que tener dos más…
¿le estás dando teta?… Dale teta… No, a Jhonattan no, chica, a tu hijo… Bueno, entonces el problema no es ser rico, no es copiar lo que ellos hacen, Jhonattan, pseudo escuálido… traidor a tu clase… Ahora y que jugando golf… ¿Dónde se ha visto pobre jugando golf, compadre?… ¿negro jugando golf ?… ¿Ah diputado?… ¿Qué te parece?…
Eso es de ricos, que tienen esos terrenoooootes para jugar ellos solitos. El pobre, el pobre no, el pobre es el que carga los palos, compadre… ¿Cómo es que se llama? …¿Cádiz?… ji,ji,ji… Ah caddie, sí, eso… una palabra gringa, como el golff… así lo llaman, golffff, se llenan la boca con la efe… Y ahora se va al imperio a jugar allá, ¡¡¡seguro financiado por la oposición golpista!!!… a que los gringos le den un premio de un torneo.
Pues yo digo: ¡Nunca más se jugará al “golf” en esta tierra de Bolívaaar…! ¡Los terrenos son del pueeebloo!..” (Lo habrían aplaudido igual) Sin embargo, lo que oí fue esto: “Yo no soy enemigo del golf, por ahí andan los escuálidos diciendo `¿qué dirá ahora?’, yo no soy enemigo del golf… Jhonattan…
adelante viejo… y además `negrito’ como Obama… se parece a Obama. Bueno, no, Obama es más delgado… Le ganó a todos los gringos… yo jugaba golf. Yo jugaba golf en Sabaneta… Desde los cinco años comenzó en los campos petroleros de Morichal, allá en Monagas, porque su papá… trabaja allí.” Según el DRAE, contradicción es “Afirmación y negación que se oponen una a otra y recíprocamente se destruyen” (como todo lo suyo, como su accionar sobre el país). Parafraseando a Hegel, podemos decir: “Hoy he visto el espíritu de la contradicción pasar frente al hoyo 18”.
Por: Laureano Márquez
@laureanomar
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