Lanzó el celular a una casa
y por ello recibió un disparo

Hace dos semanas, Maikel de Jesús Sara Rodríguez, de 23 años, tomó parte del dinero que recibió de su liquidación por el cargo de vigilante en el Sambil y se regaló dos alegrías.

La primera de ellas, un anhelado Blackberry; la segunda, un terreno en el barrio Los Domínguez, de la parroquia Antonio Borjas Romero, junto al de su cuñado, donde más adelante construiría su vivienda.

Con lo único que no contó Sara, fue con que una de esas adquisi-ciones le robaría la vida anteayer.En horas de la noche del miércoles, Sara Rodríguez caminaba con su cuñado Eris López por el barrio Los Domínguez.

Ambos regresaban de ver la parcela que Sara había comprado. En el camino, dos sujetos en bicicletas los abordaron y les pidieron sus pertenencias personales.“A Maikel le pidieron el Blackberry, él miró al tipo y le dijo: ‘¡estáis loco chico!’. Y lo lanzó por encima de la cerca de una casa para que quedara allá y no entregarlo”, señaló Prudencio Rodríguez, tío de Sara.

Para su desgracia, Maikel de Jesús no se percató que los hombres portaban un arma de fuego y que apuntaban a su cuñado. Su impertinencia y resistencia a entregar el teléfono fue una falta de respeto para el hampón, quién le dio un disparo en la intercostal derecha. Como pudieron, lo trasladaron a un centro asistencial en El Marite, y de allí lo llevaron al Hospital Universitario, donde murió a las 10:00 de la noche del miércoles.

Punto Fijo:

Sara había renunciado a su cargo de celador en el Sambil, porque se iba a vivir y trabajar en Punto Fijo dentro de unas semanas. Sus planes eran regresar en di-ciembre para ir levantando poco a poco su vivienda.

El hoy occiso vivía en casa de su mamá, Evaluz Teresa Rodríguez, y a veces se quedaba en casa de su hermana, Mayreth Sara Rodríguez.Era el tercero de seis hermanos, de los cuales eran dos hombres y cuatro mujeres.

Por: Jorge Koussa González
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