”Nos vemos en la calle…”
Los venezolanos estamos contentos, entusiasmados y dispuestos, porque en la Asamblea Nacional hubo un primer acuerdo, un entendimiento por la vía democrática, para abrir la posibilidad de una lucha pacífica con el anuncio del parlamentarismo de calle.
Allá nos vemos todos, porque si queremos democracia debemos entendernos, buscarla, amasarla. No hay otra forma de percibirla. Allí habíamos fallado.
La tarea de nuestros parlamentarios será recoger el sentimiento y la sabiduría del pueblo; pero tiene que ser una multitud etérea de carne y hueso, organizada o con posibilidades de organización. No los podemos dejar solos, porque seríamos egoístas, ingratos y desconsiderados con la patria.
No esperemos que nos llamen. Debemos asumir el compromiso por conciencia democrática. Aportemos lo nuestro, desde y con los sindicatos, organizaciones parroquiales, gremios, grupos religiosos, campesinas, instituciones universitarias, movimientos indígenas, obreros, amas de casa, comerciantes, técnicos, estudiantes y ONG.
Vamos todos a expresar el país que deseamos, el que estamos obligados a restituir.
Para esta lucha no olvidemos los partidos políticos, son catalizadores de nuestras inquietudes, ideas, proyectos y principios. También habrán de jugar un papel importante en este parlamentarismo de calle, fundamentalmente en la organización y promoción de la agenda parlamentaria.
Podemos fortalecerlos participando en sus cuadros políticos, aportándoles inquietudes e ideas, buscando que la democracia se rejuvenezca y logre con energía, paz y el desarrollo que el país añora.
Y los parlamentarios serán nuestros voceros en el hemiciclo. Están atados de manos, pero no mudos ni sordos y, en caso de que así fuese, con señas dirían lo que queremos. La verdad es que la Ley Habilitante es un arrebato a las atribuciones de la actual Asamblea, pero se les olvidó y dejaron abierto el espacio para el debate y la contraloría de la gestión pública.
Una vez en la calle, no debemos regresar hasta conquistar el país que deseamos. En las parlamentarias tuvimos confianza y votamos por los mejores. Elegimos a los más idóneos, valientes y capaces. Son el nuevo liderazgo colectivo, abiertos al diálogo.
Otros quedaron atados de pies a cabeza para el disenso por la incomparable ley “salta-talanquera” (Ojalá se sientan menos atados en la cabeza), pero, indistintamente, el pueblo habrá de enseñarles en la calle cómo zafarse esas ataduras, para volver a la libertad. Quien ató a los suyos se ató él y ésta es una lucha por la libertad, de todos y no será en vano.
Por: Lenín Valero
Periodista leninvalero1@hotmail.com
@valeromarquez
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