Artículo redactado
para puro joder
Se refiere obviamente al desastre de Pudreval. No hay manera de defenderlo, de justificarlo o de esquivarlo. Es una recta de 110 millas. Oigo al fondo una fanfarria y una voz en off dice estruendosamente: “Presidente, en nombre de la Asociación Mundial de Árbitros del Beisbol, debo decirle, respetuosamente, que “Tas ponchao” y las próximas elecciones en el 2012 tendrá que recoger su gallo muerto, digo, sus pelotas, guantes, bates y caretas. Porque la vaina va a ser así. Igualito a lo que hicieron en el Estado Miranda, en la Alcaldía Metropolitana, en el estado Carabobo y en el estado Táchira. Perdieron el juego y se llevaron los cachivaches; dejaron los asientos del estadio porque no pudieron arrancarlos a tiempo. ¡Ah, bichos tramposos! He oído los argumentos más disparatados, enajenados, diría más bien, para esquivar el bulto; no el bulto, el escaparate que les viene encima.
Uno de los más enfáticos, de verbo fino y modales “manualescarreñosos”, trató de enmendar la plana de la “pudrimentación” diciendo que era sólo 1,5% de toda la compra la que se había perdido. Si hablamos de “adquerer” alimentos sin licitación, sin análisis químicos o biológicos, con fechas de vencimiento brevísimas, sin planes de almacenamiento o de transporte a lo largo de 7 años por la suma de 12.000 millones de dólares, y si fuera cierto el porcentaje ese de 1,5, pues los “managers” de Pdvsa-Pdval botaron irresponsablemente cerca de 180 millones de dólares. Ese argumento, aunque no se exhibe tan descaradamente en el manejo de Fonden o de Pdvsa, es el justificante en la conducta de los capitanes del Gobierno. Se les oye decir: “Pero bueno, fulano, tú sabes, del ingreso petrolero de estos últimos 10 años por cerca de 500.000 millones de dólares sólo nos hemos robado 1,5%, lo que arroja una cifra más o menos de 7.500 millones de dólares, que de verdad es una “ñinguita”. Un pelito. ¿Cómo puede alguien confesar públicamente que botar, malgastar, robar 180 millones de dólares en comida, o 7.500 millones en total, es absolutamente justificable, razonable? Sólo el Chacal de la Chuleta lo puede explicar.
Empieza un fondo musical.
¿Quién será el que me roba a mí, quién será? ¿Quién será? ¿Quién será el tal Chacal? ¿Quién será? ¿Quién será? Yo no sé si se podrá agarrar. Yo no sé. Yo no sé. ¿Es Pulido, a quien dejaron más sólo que la una, o las damas ejecutivas que están encanadas los verdaderos chacales”. Caracha, amigos míos, lo dudo. Entonces, Dios mío, dame una luz para saber quién es el jefezote, el chacalote, el “robandote”.
Será aquel que siempre anda enchufado. No sé. Será aquel que decide el destino del oro negro. No sé. Será aquel que va subiendo de cargo en cargo. No sé. Será aquel que siempre anda en bancos y finanzas. No sé. Será el chivo hipermiccionante. No sé.
Será el bichito aquel. No sé.
Será el que se escapó. No sé. Será el que se quedó encanado. No sé. Serán los famosos testaferros como serrucho o segueta, o como quiera que se llame. No sé. Será que se reparten la cochina entre todos. No sé. Será que saben que no les va a pasar nada siempre que contralores, fiscales y jueces vean para otro lado cuando cometen sus fechorías. No sé. Nuevo fondo musical. Y así pasan los días, y yo, desesperado y tú, tú contestando, robar, robar, robar. Siempre que el pueblo se pregunta que cuándo, cómo y dónde, el jefe me responde, robar, robar, robar. Estás perdiendo el tiempo, gobernando, gobernando, por lo que más tú quieras, hasta cuándo, hasta cuándo.
Vuelve la voz en off. Hasta el 26. Y para ratificar la fecha, el 26, el 26, el 26. Esta pequeña obra de teatro bufo se la dedico con honor al Chacal. Música otra vez.
¿Y quién es él? ¿En qué momento se llevó el billete? ¿A qué dedica el tiempo libre? ¿Por qué me ha robado todo? Es un ladrón. No me ha dejado nada.
EDUARDO SEMTEI
esalvarado1000@yahoo.com
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EL NACIONAL
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