Soto Rojas echó cuentos
y utilizó la palabra: “vaina”

“Vamos a darle carajazos y carajazos a esa oposición escuálida”, advirtió el nuevo presidente de la Asamblea Nacional Fernando Soto Rojas ante la multitud de oficialistas que se concentró ayer en la plaza O’Leary.

A las 3:20 pm, cuando muchos se habían retirado del lugar, llegó el presidente Hugo Chávez y se sumó a la invitación a pelear. Sacó la réplica de la espada de Bolívar y le pidió a Soto Rojas que la empuñara, no sin antes indicarle que se debía colocar guantes para tocar la copia de la joya que la municipalidad de Lima le regaló al Libertador Simón Bolívar en 1825. Antes, tal honor sólo se confería a los militares cuando ascendían a general de brigada.

Pocos minutos antes, el nuevo presidente del Parlamento había referido su admiración por el jefe del Estado: “Cuando uno habla con Chávez, aquello es energía, aquello es todo”.

Para el combate que promueve el oficialismo también se utilizaron instrumentos menos delicados. Un afiche que se distribuyó entre los que marcharon desde la plaza Sucre de Catia mostraba al Presidente sonriente, con un bate de beisbol alzado y la inscripción: “Por el triunfo, vamos con todo”.

La asunción de 98 diputados oficialistas quedó soslayada por una batalla que consideran más trascendente: el triunfo de Chávez en las elecciones de diciembre de 2012 para prolongar su permanencia en el poder. Soto Rojas habló de una “era bicentenaria”: de 2011 a 2030.

La reelección presidencial tuvo eco a lo largo de la avenida Sucre. “Hoy arranca la campaña. Que los escuálidos se aprieten los cinturones”, expresó una aguerrida mujer de la tercera edad conocida como “la Caperucita”. Estaba montada en la baranda que divide la avenida y agitaba un par de porras rojas. Absolutamente todo lo que llevaba era rojo: la franela con la imagen de Chávez adornada con canutillos en los bordes de las mangas, el pantalón ajustado, las botas de semicuero, el morral a la espalda, los zarcillos con plumas, el collar de plástico, el reloj en la muñeca izquierda y la pulsera en la derecha, un gorro y (además) un sombrero en la cabeza, los lentes de montura cuadrada. Aunque en distintos tonos, también eran rojos los labios, las cejas y el pelo de la porrista.

Para ratificar su protagonismo, por encima de los recién juramentados diputados que subieron a la tarima de la plaza O’Leary procedentes del Palacio Federal Legislativo, Chávez reiteró el llamado a la lucha en el tono épico que derivó de su referencia a Bolívar, esta vez como “el primer hombre a caballo de estas tierras”: “Piénsenlo bien: si quieren seguir con Chávez o que regrese la derecha. Quien quiera que Venezuela sea un colonia yanqui, que se vaya con ellos”.

El Presidente volvió a plantear la necesidad de “la conformación de un gran polo patriótico”, de lo cual se podría inferir que el chavismo requiere más que los militantes del PSUV para la contienda de 2012: “Unámonos todos y construyamos la patria buena”.

De unidad también habló Soto Rojas: “Tenemos problemas entre nosotros mismos. La estrategia está clara, pero nuestro problema es la táctica”, admitió el nuevo presidente de la Asamblea Nacional y propuso la creación de un comando único. “Bajo el liderazgo del comandante Chávez”, se apuró a aclarar.

Quizás para congraciarse con quienes lo oían, Soto Rojas echó cuentos y utilizó la palabra vaina. Sin embargo, no permitió que se le acercaran para entregarle papelitos, quizás con alguna solicitud de ayuda.

Por: EDGAR LÓPEZ
Política | Opinión
EL NACIONAL