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Thursday, November 21, 2024
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H. SILVA MICHELENA: ¿Nuevas casas muertas?

Estas dos últimas semanas violaron sin rubor lo que el pueblo venezolano rechazó el 2-D de 2007.

Asco. Es lo que me da el chavismo

 

No es perdonable lo que le harán al país las arcaicas leyes aprobadas sin pensarlo, sólo orientadas por el sable del dictador.

La Ley de Educación Superior, aprobada por un conglomerado servil, muchos de ellos traidores a sus luchas estudiantiles, es una verdadera aberración del intelecto y la cultura.

Se impone el pensamiento único y se elimina la cualidad más preciada de que han dispuesto las universidades desde su fundación: la autonomía plena, la libertad de pensamiento. La Ley de Educación Superior será tabla rasa del dictador. Hace ya tiempo la universidad comprendió su carácter transecular, y comprendió, desde Humboldt, su función social, que se ha acentuado con el tiempo.

Pero: ¿debemos adaptarnos al statu quo dictatorial, tal como lo hizo Heidegger al Tercer Reich, o debe corresponderle a la propia universidad llevar a cabo su reforma según el gusto del jefe? Esto es justamente lo que se nos quiere imponer con represión. Como acaba de decir el rector de la Universidad Católica Andrés Bello: “La represión no logrará reprimir las exigencias de libertad”. A propósito, diré que nadie en la Asamblea Nacional tenía los conocimientos para relacionar lo que C.

P. Snow llamó Las dos culturas. Edgar Morin ha venido tejiendo las relaciones entre las dos culturas en disyunción, lo que suscitaría una nueva cultura general, más rica: modernizar la cultura y culturalizar la modernidad.

La reforma de la universidad, como reforma del pensamiento, sólo puede hacerse realidad con la modernización de la enseñanza preuniversitaria global.

Para lograr la forma de pensamiento complejo, que permi ta la transdisciplinariedad, la universidad podría, en una primera fase, introducir un tributo transdisciplinar, es decir, que según sugerencias aceptadas por Ciret y la Unesco (1997), una décima parte de la enseñanza, y sobre todo de la investigación, debería consagrarse a los problemas transdisciplinares, como: La relación cosmos-fisisbios-antropos; el circuito de las ciencias según Piaget (que las define como interdependientes); los problemas de la complejidad en los diferentes conocimientos; estética, literatura y ciencias humanas; ciencia, ética, política.

Esto se puede integrar a talleres sobre los problemas de la complejidad y la transdisciplinariedad. Del mismo modo sería necesaria la posibilidad de diplomas y tesis transdisciplinares. Un centro interinstitucional de formación de los formadores es una urgente actividad.

La ley de universidades derogada prevé en su artículo 187 que “las universidades podrán a título de experimentación debidamente justificada y planificada adoptar una estructura académica distinta de las previstas en la presente ley”. Otros requisitos no podrán estar en manos de un ministro de plastilina. El largo plazo empieza hoy.

Ahora, cuando se acercan duras luchas por la universidad y su autonomía, vale la pena llamar la atención sobre esta enorme posibilidad de reforma; es clave extirpar el desarraigo, elevar el fuego libertario en busca de la excelencia. La equidad no se logra por la fuerza, sino con la igualdad de oportunidades.

Nunca con la imposición de un socialismo fracasado e inmoral. Las boinas azules serán nuestros milicianos. Casi 300 años de pelea nos respaldan.

Nuestras universidades no serán “casas muertas”, porque sus huesos se echarán a caminar y serán ríos de belleza y libertad.


Por: H. SILVA MICHELENA
Política | Opinión
EL NACIONAL

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