La FAN no es “radicalmente revolucionaria” como él
ordena y el pueblo es mucho menos paciente…
El resultado electoral del 26S ha trastocado los planes políticos de Chávez y estallado su furia a extremos perturbadores hasta para los suyos. A causa de su derrota y de cara al sueño de continuar en el poder más allá del 2012, convertido ahora en pesadilla, está acelerando febrilmente el cronograma de aplicación del “Socialismo del Siglo XXI”, es decir, del comunismo a la cubana que, por fracasado, está siendo abandonado hasta por Fidel y Raúl Castro. Como lo hiciera con Ceresole y luego con el ya desbancado Dieterich, ahora es asesorado por otro “teórico” trasnochado (Woods) vendedor de recetas a iluminados que suelen arruinar sus países en nombre de una Revolución convertida en rapiña y de unos pobres que utilizan como coartada del desvergonzado propósito de eternizarse en el poder, como lo hizo Fidel Castro.
Los chavistas suelen “legitimar” argumentalmente las atrocidades inconstitucionales cometidas a lo largo de estos once años, diciendo que Chávez ha hecho decenas de elecciones y las ha “ganado” todas. Ocultan que tales comicios se efectuaron sin observadores internacionales y con árbitros electorales al servicio del sempiterno “ganador”. Aunque hoy seguimos con jueces electorales rojitos, las cosas han cambiado. El rechazo popular a la gestión de gobierno ya es masivo. La mayoría está convencida de que la debacle económica del país no es a causa de la “crisis capitalista”, como dice Chávez (dado que el barril petrolero está por encima de $ 70) sino a causa de la corrupción y regaladera a sus pares de Cuba, Bolivia, Nicaragua y otros. El ánimo popular se solivianta con la impunidad del crimen, que ha cobrado la vida de 17 mil venezolanos este año y con la obscena corrupción de quienes se enriquecen mientras dicen estar trabajando a favor de los pobres.
Así las cosas, las elecciones son hoy como la kriptonita para el otrora Superman. Por eso Chávez ensaya diciendo que si la oposición gana en 2012, la FAN daría un golpe de Estado al perder sus “privilegios”. Poco después Rangel Silva (ahora general en jefe), acusado de presunto narcotráfico y nexos con las FARC, jura estar casado con el socialismo y ratifica que la FAN no aceptaría el resultado si Chávez es derrotado en 2012. En su magnífico ar- tículo “Cunde el terror en Miraflores”, Antonio Sánchez García considera que las presuntas pruebas de Makled han sumido en la paranoia a Chávez porque el presunto narcotraficante estará a la libre disposición de las autoridades norteamericanas y cuando llegue a Venezuela será un “bagazo”: “Lo único que salvaría a los Alsaimi, Carvajal, Rangel Silva, Acosta Carles, a otra treintena de generales y a otros funcionarios del régimen de terminar en una cárcel norteamericana, sería montar una dictadura tanto o más feroz que la cubana y permitirle a todos ellos una placentera jubilación en una Venezuela aislada del mundo exterior”. ¿Es eso posible?
El patético show en el Salón Elíptico (reservado para los actos solemnes de la Democracia y hoy escenario de su degradación) habría tenido el propósito de anunciar el cierre de Globovisión y darle el palo a la lámpara con el supuesto aval de todos los poderes públicos presentes. Allí estaban con sus trajes de marca (y no de poliéster, como ocurría antes de meter mano en el tesoro público) las focas rojitas y, con sus medalleros, los militares acusados por Makled de haber sido cómplices de sus negocios y sobornados por él. El jefe supremo, arropado con la bandera de siete estrellas, ordenó liquidar a las ONG que muestran al mundo la constante violación de los derechos humanos en su Gobierno (las ahogará económicamente). Luego dio otras órdenes abiertamente golpistas: “La Asamblea debe ser de extrema izquierda a partir de enero” por lo cual habrá que inhabilitar a los 67 diputados de “la derecha” (… ) Necesitamos una Fuerza Armada (… ) mucho más radicalmente revolucionaria. No debe haber cabida en nuestras filas civiles y militares para las medias tintas”. Mientras el país se ahogaba con las lluvias torrenciales, ni una sola palabra de Chávez para alentar a los millones de pobres urbanos y rurales que lo perdieron todo, algunos hasta sus vidas. Con ello demuestra su ofuscación enfermiza por el poder. Obsesión que, para ser satisfecha, tendrían que desaparecer la oposición y las elecciones, ahora que él las pierde.
¿Por qué, entonces, no da el palo terminal a la lámpara con el que cumpliría el sueño de eternizarse en el poder más allá del 2012 e impedir así que parte de su entorno militar y civil pueda ser enjuiciado por presuntos narcotráfico y terrorismo? La respuesta es clara. Porque no puede. Porque la FAN no es “radicalmente revolucionaria” como él ordena y porque el pueblo es mucho menos paciente de lo que Chávez quiere.
MARTA COLOMINA | EL UNIVERSAL
mcolomina@gmail.com
Domingo 28 de noviembre de 2010
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