Una banda de ladrones de Merida entró en pleno día al Sambil Margarita, robó una joyería
y salio como si nada. 60% de los secuestros y grandes robos los cometen
grupos que provienen de otras regiones.
Delincuentes van de
turistas y cometen robos
Autoridades piden apoyo del Gobierno para controlar la entrada por puertos y aeropuertos. En enero de 2009, ladrones, vestidos con uniformes de la Guardia Nacional entraron en pleno día a la joyería Iván, ubicada en el Sambil Margarita, en una operación tipo comando y sometieron a los empleados y a los operadores de las cámaras de seguridad. Después de cometer el robo milmillonario se fueron tranquilamente, ante la mirada atónita de las personas que paseaban y compraban en el centro comercial.
En julio, la banda Los Nacionales, responsable de ese hecho y que operaba en ocho estados del país, fue desmantelada por el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas, antes de que realizaran otro atraco en el mismo centro comercial.
Para el robo a la joyería los nueve integrantes de la organización delictiva llegaron a la isla en ferry con sus esposas e hijos y estuvieron una semana disfrutando de vacaciones en la playa, pero también planificando la jugada.
El turismo delictivo es una de las 650 modalidades de viaje tipificadas por la Organización Mundial del Turismo. En Nueva Esparta esta práctica crece amparada en la impunidad.
Francisco Briceño, vicepresidente del Colegio de Técnicos y Profesionales del Turismo y especialista en el tema, explicó que una persona independientemente de sus motivos se considera turista cuando busca los medios para trasladarse a un lugar, pernocta más de una noche y regresa a su lugar de origen.
Explicó que gran parte de los delitos cometidos en la isla no son castigados, lo que aunado a la falta de preparación de los ciudadanos ante las infracciones de la ley crea incentivos para que las bandas se trasladen a Margarita.
“El gran problema es que los delincuentes están bien organizados y nosotros no. Nueva Esparta se ha convertido en un estado atractivo y eso hace que se corra la voz y se propague la práctica delictiva. Hasta hace poco los margariteños ni siquiera usaban rejas. Todavía sorprende que en la prensa sean reseñadas las muertes por inseguridad”, detalló.
Cifras extraoficiales reportan que 60% de los grandes robos y secuestros en el estado son cometidos por grupos organizados provenientes de otros estados del país.
En 2009, la delegación Porlamar del Cicpc desmanteló la banda Los Maracuchos, dedicada al secuestro y responsable del plagio de la comerciante Ferial Darwiche; también desarticuló a Los Orientales, especializados en el robo a entidades bancarias, y a Los Valencianos, dedicados al robo de vehículos.
El vicepresidente del Colegio de Técnicos y Profesionales del Turismo considera una necesidad que se haga público el problema para lograr la presión suficiente para resolverlo. “Es un tema delicado.
Por una parte, si se riega la fama de que Margarita es insegura estaría en peligro la actividad turística, pues muchas personas preferirán viajar a otros sitios. Lo ideal es que se establezcan las políticas para resolver el problema para que Ninguno de los integrantes de estos grupos tenía residencia fija en Margarita, viajaban varias veces al año para cometer delitos y regresaban a sus estados con los bolsillos llenos.
La queja reiterada de los margariteños es la escasa presencia policial. Se calcula que en la región hay 2 policías por cada 600 habitantes, cuando en otros países hay un funcionario por cada 100 personas.
Destino en riesgo:
Una preocupación es cómo proteger el turismo de placer, considerando que el visitante busca no sólo atractivos y diversión, sino sentirse seguro.
El presidente del Colegio de Abogados, Pedro Arévalo Semprún, propone como una solución inmediata que se lleve a cabo un riguroso control de quienes llegan a la isla. A pesar de que hace poco instalaron cámaras en zonas apetecibles para el delito eso no es suficiente. “Está comprobado que en las temporadas altas hay más delitos. La idea es que trabajemos todos por Margarita”, pidió.
Pero Briceño también se refiere a los habitantes de la isla que se desempeñan como prestadores de servicios. “Un residente inseguro está en menos disposición de tener un desempeño laboral y social acorde para la atención al visitante. Enfatizó que el incremento del índice delictivo es un factor que desarticula el aparato económico del estado y aleja la inversión.
Recordó el turismo es el que motoriza los demás servicios en la entidad: “Una persona azotada por el crimen, que vive en zozobra, verá afectada su interacción con los demás”.
MARÍA ORSATTI | PORLAMAR
EL NACIONAL | May 10 2010