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Luis Alfredo Rapozo: ¡Aquel día de los enamorados, tan lindo¡ »

(Grafica) En el mundo machista de la política venezolana

¡Aquel día de los enamorados, tan lindo¡

 

(Dedicado a Oscar Yánez)

No podemos olvidar aquella velada tan romántica del día de los enamorados del año 2000. Fue algo especial porque todos los venezolanos pudimos apreciar el mas puro sentimiento expresado a todo gañote de un hombre hacia una mujer.

Era como las siete de la noche. Ya no quedaba luz solar por ninguna parte del territorio nacional, en dos horas hacia el este. Eran tiempos en que la gente acudía masivamente a las marchas –dada la pugnacidad política de calle- y ese día había una concentración oficialista en la Avenida Bolívar, muy importante. Habían como cien mil personas traídas de todas partes del país, utilizando caravanas de autobuses que demostraban una gran movilización y logística, a lo largo de dicha avenida, sin contar con la gente que veía la televisión en cadena nacional, que eran millones, incluidos niños y adolescentes que no pudieron ver “El Zorro” de Walt Disney o “El Chavo”, de Chespirito..

El presidente estaba montado en la tarima trajeado con su chaqueta deportiva tricolor que simulaba la bandera nacional. Detrás de él se podía ver a la primera dama, Marisabel Rodríguez, quien parecía un alma ambulante y más sola que misa de seis. Si mal no recuerdo, creo que fue la última vez que ella –la hermosa mujer, sin duda-, asistió a un acto similar.

De repente, hubo una explosión repentina en el discurso del orador, como si el presidente se hubiese fumado una lumpia mientras iba al acto o como si estuviese pasado de tragos: Lo cierto es que la emprendió con la hermosa mujer barquisimetana, diciéndole que esa noche le iba dar lo suyo. Exactamente le dijo: “Marisabel, esta noche te doy lo tuyo, prepárate”.

Los que veíamos televisión nos quedamos estupefactos y los que estaban presentes en la multitud reaccionaron con risas y chistes malos, recogidos en expresiones soeces contra la pobre mujer, víctima de la noche.

Es decir, que esa noche-según el excelentísimo presidente- le iba a dar sexo salvaje para que se quedara complacida. Que esa noche iba a dejarla exhausta. Que no le iba quedar ganas de nada, que esa noche le demostraría lo que era bueno, que esa noche-y que lo escuche bien todo el país- le iba a dar la c… de su vida, que podían esperar y contar con ello. ¿De lo contrario, no lo dice en cadena nacional, verdad? ¿Y menos le dice que se prepare, verdad?

Todo esto, mientras la pobre mujer sorprendida -por supuesto-se enrojecía y su cuello se encogía como un plástico quemándose. A los lados, los ministros y saltimbanquis se reían a costa del rubor de la mujer, mientras el presidente le enseñaba con la mano lo que le daría.

Todo fue una guasa festejada por una masa traída de los pueblos, hedionda a aguardiente y ron, que disfrutaban de la confidencia y la manifestación de hombría del presidente, confesando que esa noche le daría”paloma” presidencial a Marisabel. El aguardiente es una cosa muy seria. O quizás la lumpia excesiva. Digo.

Estoy seguro, que Chávez no pensó lo que iba decir. Estoy seguro que la elocuencia se le fue de las manos, porque de lo contrario hubiera puesto un conjunto de rap a cantarle a Marisabel “que esa noche le daría candela” como dice la canción.

Les digo que ningún presidente en la era democrática había sido tan ordinario como Chávez en el trato que se merece la primera dama. Dificulto que sea superado por otro presidente. Cualquier mujer puede opinar sobre ello y corroborar o no, lo que estoy diciendo.

El Dr. Rafael Caldera nunca trató de esa manera a doña Alicia Pietri; ni el Dr. Raúl Leoni a Doña Menca, ni Carlos Andrés Pérez a Doña Blanca de Pérez, ni don Rómulo a la señora Valverde ni a la señora Harmann. Todas esas damas eran tratadas con respeto por los presidentes de turno. Ni siquiera CAP o Lusinchi –que eran adúlteros reconocidos- tenían tamañas vulgaridades con sus amantes o queridas respectivas, todo lo contrario.

Difícilmente un presidente patán supere a Chávez en esa elocuencia de tratar a una mujer con tal grado de bellaquería . Lamentablemente, Marisabel se ganó el premio de la lotería de la historia entre otros golpes, que el destino tendría guardados para ella y que sinceramente no dudo, que en algún momento deberá opinar ante los venezolanos.

Así son las cosas, como diría Oscar Yánez


LUIS ALFREDO RAPOZO
luisrapozo@yahoo.es
@luisrapozo

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