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Thursday, November 21, 2024
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El Editorial: ETA en Caracas, El caso Cubillas



ETA EN CARACAS

 

Ayer, y luego de hacerse de rogar meses enteros por la justicia española, el “presunto etarra” (¿alguna vez ha abjurado públicamente de ser militante de ETA?) Arturo Cubillas solicitó a la Fiscalía venezolana que “le abra una investigación” porque su conciencia está tranquila y “no tiene nada que temer”, lo cual es lógico porque en Venezuela nadie le va a poner una bomba a él o a su familia. Otra cosa muy distinta piensan en España más de 800 personas inocentes que han sido víctimas de ETA.

Desde luego, el señor Cubillas tiene el pleno derecho de acudir a la Fiscalía y que allí lo atiendan a cuerpo de rey, pero equivocó la dirección porque debió ir a España, donde se han hecho las acusaciones en su contra y ante cuyas autoridades debe ejercer su defensa y presentar sus argumentos. En Venezuela no cursa (que se sepa) alguna investigación sobre él, con lo cual el hecho de acudir al ministerio público no es sino un acto de circo con payasos incluidos.

El problema que a Cubillas le quita el sueño es que se investigue “la veracidad de las acusaciones que en su contra lanzaron dos miembros de la organización terrorista vasca”. ¿Y dónde las lanzaron si se puede saber, Cubillas? Pues en España, así que pida permiso a sus jefes en Venezuela y viaje a Madrid a defender su caso, a dar sus argumentos y pelear su inocencia.

Cantar como gallo desde aquí y no en los tribunales españoles es un cacareo de gallina que dice muy poco de su inocencia y de su valor personal. A lo mejor usted piensa, Cubillas, que el sistema judicial español obedece a las directrices del imperio yanqui, y que allá en España usted no tendrá las garantías constitucionales que valoran la vida y la libertad de los ciudadanos.

Pero usted, cuando era un bandolero de la ETA, tampoco le fue a bien respetar la vida de sus víctimas: a ninguna le dio la oportunidad de defenderse pues todas las muertes causadas fueron abruptas y violentas, a decir de los expedientes judiciales que hablan en su contra.

Ahora a usted, Cubillas, le atormentan las acusaciones aparecidas en los medios de comunicación porque “han generado un desprestigio continuo a su persona y a su familia, afectando de manera considerable su reputación”. Los venezolanos entendemos su reclamo: antes era usted un “hombre de acción” y un combatiente escurridizo, según los medios; hoy, de la misma manera publicitaria, usted ha pasado a ser un supuesto entrenador de etarras en Suramérica y, a la vez, un oscuro funcionario de la burocracia chavista según consta en sus últimas y recientes cotizaciones al Seguro Social venezolano. Es que los tiempos pasan y nos volvemos viejos.

Pero los muertos piden justicia. No olvidemos a los inocentes ecuatorianos que murieron en el atentado de ETA en el aeropuerto de Barajas (nunca protestado por el presidente Correa), y a las más de 800 víctimas españolas que claman por un castigo rotundo al terrorismo.


Por: Redacción
Política | Opinión
EL NACIONAL


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