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NORMAS: En el Sambil, Recreo y Millenium prohíben la entrada a liceístas

Vigilantes tienen órdenes de no dejarlos pasar sin representantes. La
presidenta del consejo de niños y adolescentes de Sucre advirtió que la medida afecta los derechos de los jóvenes

 Los adolescentes se conforman con
ver desde afuera el centro comercial

 
Sentado en la acera, el adolescente Richard García mira con recelo hacia el centro comercial Millenium Mall, ubicado en Los Dos Caminos. Tiene 15 años de edad y porta una franela azul que lo identifica como liceísta. Precisamente, es su franela el motivo que hace que tenga que conformarse con mirar desde lejos; cuando se atreve a acercarse, el personal de seguridad le corta el paso de inmediato: “¡Ey, no puedes pasar!”.

La orden que tienen los vigilantes de este centro comercial caraqueño, y de otros como El Sambil y El Recreo, es no dejar entrar a menores de edad uniformados, al menos que estén acompañados de sus representantes. La norma no es nueva, pero esto no parece consolar a los adolescentes. 

“Me han sacado varias veces y no entiendo por qué. Esto no debería ser. El uniforme no nos convierte en delincuentes”, dijo García, quien dice sentirse discriminado por la restricción.

A Carlos Castro, de 16 años de edad, también le parece incomprensible la situación. “Si salgo de clase y quiero distraerme, ¿no puedo? Tengo derecho. Si vivo fuera de la ciudad, ¿cómo hago para cambiarme el uniforme?”, preguntó.

Grupos problemáticos:

Uno de los encargados de la seguridad del Millenium, que prefirió no identificarse, explicó el motivo del impedimento: “Los grupos de liceístas tienden a ocasionar problemas, por eso no se deja que entren. Sólo se les permite el paso si vienen con sus padres”. Aunque está obligado a hacer cumplir la prohibición, considera que es muy estricta y que debería flexibilizarse: “Si un chamo necesita comprar un libro o quiere venir a comer a la feria, se les debería dejar pasar. No veo inconvenientes”.

En el Sambil, la causa es otra:

Uno de los encargados de vigilar la entrada principal del centro comercial expresó que con la medida se evita que los estudiantes se fuguen de clases. 

“Justo al lado, queda el Colegio Gustavo Herrera. Más de una vez, padres y representantes se comunicaron con la gerencia del centro comercial para decir que sus hijos se jubilan del colegio para venirse a pasar el rato aquí. La restricción colabora en este sentido”.

Pero muchos logran ingeniárselas para entrar. Ana y Alfredo caminaban por el centro comercial El Recreo portando sus uniformes y morrales. Minutos después, un vigilante les pidió que se retiraran. Sin embargo, lograron un acuerdo: “Quítense las franelas y podrán pasar”. Los jóvenes se hicieron caso y optaron por quedarse en franelillas. Otros más precavidos llevan en sus bolsos una muda de ropa completa para cambiarse luego de salir del colegio.

La norma no se repite en todos los centros de la ciudad.

Una de sus excepciones es El tolón, ubicado en Las Mercedes. Con representantes o sin ellos, solos o en grupos, los liceístas se pasean sin inconvenientes, exhibiendo sin temor sus franelas azules, a pesar de incidentes como la riña que protagonizaron dos grupos de jóvenes el sábado pasado.

JUAN CARLOS FIGUEROA
Jcfigueroa@el-nacional.com
EL NACIONAL | Apr 16 2010